IRIN News

MANILA/DACCA- La explosión de violencia en Libia reveló la verdadera situación desesperada y peligrosa en la que se encuentran los trabajadores inmigrantes de Asia, cuyo futuro en su país de origen es incierto en el momento que intentan de alguna manera regresar a casa, según los responsables de los inmigrantes repatriados recientemente a Bangladesh y Filipinas, países que cuentan entre los dos con 60,000 trabajadores inmigrantes en Libia.

En 2010, casi una décima parte de los 94 millones de ciudadanos que integran las Filipinas trabajan en el extranjero, estos trabajadores enviaron 19 mil millones de dólares americanos a su país, una suma que representa 12% del PIB, de acuerdo al gobierno.

Trabajadores inmigrantes de Bangladesh varados en la frontera entre Túnez Y Libia, hacen cola para recibir alimentos (Thomas Kate/IRIN)

El 8 de marzo, el Ministerio de Relaciones Exteriores informó que 12,000 de los aproximadamente 30,000 trabajadores filipinos que se encontraban en Libia, habían abandonado el país. Entre los que huyeron, 4,200 fueron repatriados a Manila, la capital, la mayoría con la ayuda de sus empleadores, reportaron repatriados y funcionarios.

Muchos otros permanecen atrapados en el país, agotando sus últimos ahorros y sus últimas reservas de alimentos y agua, de acuerdo a grupos de apoyo a trabajadores inmigrantes.

“Hemos hecho mucho, pero queda mucho por hacer”, dijo Rafael Seguis, Subsecretario de Estado de Asuntos Exteriores. Cerca de 12 millones de dólares fueron asignados al financiamiento de las operaciones de repatriación que aún continúan.

Daniel Gonzaga, trabajador de la construcción y padre de dos hijos, dijo que había caminado cerca de 20 horas por el desierto con un grupo de trabajadores filipinos, para llegar a la frontera tunecina, descubriendo en el lugar una verdadera marea humana. A muchos de ellos los regresaron porque en la precipitación, olvidaron, al salir, llevar los documentos necesarios para su repatriación.

“No había nadie que nos ayudara. Deambulamos, caminamos de un lado a otro tratando de cruzar la frontera. Cuando finalmente encontramos quien nos ayudara, teníamos que atravesar un muro de tres metros de altura”, dijo el Sr. Gonzaga a IRIN.

“Era un caos, pero tengo la suerte de estar vivo. Otros están por ahí tratando de encontrar la manera de volver a casa. Estoy feliz de estar de vuelta, pero ahora mi familia enfrenta el riesgo de no tener que comer porque no tengo trabajo”, dijo, agregó que no había pagado a sus amigos y familiares el dinero que había pedido prestado para cubrir sus gastos cuando solicitó inmigrar a Libia.

El ministerio de Trabajo declaró haber clasificado las diversas habilidades de los repatriados, que serían reveladas a las agencias de reclutamiento. Se les proporcionará una ayuda económica mínima temporal, pero el objetico es que puedan encontrar trabajo, dijo.

En Bangladesh

“Yo estoy vivo. Ahora, es lo más importante para mí. Fue una experiencia horrible”, dijo Shah Muhammad Ripon, 30 años de edad, quien trabajó durante nueve meses en una empresa coreana situada en Libia.

“Ir a Libia me costó 3,768 dólares. Vendí mi tierra y algunos otros bienes con la esperanza de ganar mucho allá. Hoy, no tengo nada”, dijo el Sr. Ripon. “No sé cómo voy a salir adelante.”

Libia tenía 27,000 trabajadores de Bangladesh, según el Ministerio de Trabajo y Expatriados, y no menos de 80,000, según los cálculos de las oficinas de reclutamiento.

Aproximadamente de 500 a 550 trabajadores de Bangladesh regresan a su casa cada día, de acuerdo a cálculos del gobierno. Sin tierras y sin ahorros, la mayoría se enfrentan a una crisis económica, dijo Joynal Abedin, presidente de la Bangladesh Migrants Foundation, una organización no gubernamental local.

“Esto tendrá consecuencias muy serias en los ingresos y las remesas en la economía en su conjunto”, agregó.

Los trabajadores inmigrantes, han generado unos ingresos de cerca de 11 mil millones de dólares en 2009 y 2010, lo que representa el 12% del PIB de 2009, que ascendieron a 90 mil millones de dólares. Hasta hace poco, la mano de obra era una de las principales exportaciones del país hacia Medio Oriente.

“Los disturbios políticos en Medio Oriente afectarán la exportación de mano de obra de Bangladesh hacia esos países”, dijo Khandaker Mosharraf Hossain, Ministro del Trabajo y Expatriados. Pero vamos a seguir exportando mano de obra a otros países. Estamos buscando nuevos mercados.”

El gobierno, agregó, elabora la lista de repatriados. “Si la situación mejora en Libia, vamos a intentar regresarlos; o bien enviarlos a otros lugares.”

El país cuenta con 7 millones de trabajadores en el extranjero, de acuerdo a cálculos, sería el 5.6% de su población en 2009.

Fuente: IRIN News